Cotillas de armas tomar



Espiamos a la competencia directa,
y directamente a toda la demás.
Espiamos a nuestros queridos clientes,
y a los que creemos nos tendrían que comprar.

Espiamos a nuestros proveedores
y a toda la gente en el canal.
Por si los precios, por si los márgenes,
o por si algo se pudiera hacer mal.

Espiamos a nuestros colaboradores
y a los que con nosotros podrían colaborar.
Para ver si de verdad ayudan,
o en qué momento nos podrían plantar.
...Y también a los que se alían con otros,
por si nos la pudieran armar.

Espiamos sus números, sus productos,
sus prácticas y sus intenciones.
Sus palabras, sus datos técnicos,
sus catálogos, y sus presentaciones.
Sus webs, sus stands y su tienda.
Sus balances y su situación con Hacienda.

Espiamos sus historias, sus cuentos,
y sus extraordinarios delirios de grandeza.
Sus noticias, sus sueldos, sus trampas
y sus inevitables signos de torpeza.

Espiamos a sus ejecutivos
cuando su lengua se tensa.
A sus directivos que no callan
en las conferencias de prensa.
A sus despedidos recientes
que airean miles de intimidades
A sus amigos, nuestros submarinos,
comisionando sus infidelidades.

En las pizarras mal borradas,
En los papeles sin eliminar,
En las pantallas no apagadas,
En las Excel sin minimizar.

En las grandes ocasiones,
mientras el sushi y champán,
y en esas que son pequeñas,
cuando toca ya el pacharán.

Con nuestras enormes orejas,
con nuestros ojos de lince,
con nuestras boquitas chicas,
con nuestra nariz de husmear.

Todos los chascarrillos.
Todos los macutazos.
Todos los globos sonda.
Y algún que otro dato real.



3 comentarios:

Gonzalo Fernandez dijo...

Y ahora además en verso, no dejas de sorprenderme, eres un fenomeno.

Pablo Martín Antoranz dijo...

Muchas gracias.
Tengo otro, pero como me lo publica Brandlife esta semana, tengo que dejar un tiempo prudencial hasta rescatarlo y volverlo a subir...

Anónimo dijo...

Muy chulo el poema, y muy guapos los de las fotos, jeje
Besos
Cristina