Las vidas paralelas


Le propongo jugar a las películas. No, no se trata de que adivine títulos, entre otras cosas porque no podrá contestarme – esto no es el Messenger – y con toda seguridad, le ganaría. Salvo que se tratara de mi padre y su extraordinaria colección de actores secundarios

Este juego es diferente, y tiene más que ver con los de rol. Exige por su parte un mínimo de concentración y ser honesto consigo mismo. Comenzamos…

Un yanqui en la corte del Rey Arturo
Como sabrá, se trata de un americano de la época actual que aparece en la época medieval. Simplificando un poco la trama, de lo que trata es que él sabe las cosas que van a ocurrir en el futuro - viene de él - y es capaz de desarrollar algunas de ellas, es decir, inventarlas.
El ejercicio consiste en que usted se sitúe en su empresa como un visionario, y dé la impresión de que sabe lo que va a ocurrir. No solo eso, sino que simule sus consecuencias y si le es posible, invente cosas.
Si se atreve a hacerlo, verá que la gente o le mira raro o ni siquiera le mira, pero eso es porque no están preparados, como los cortesanos de la era de Las Cruzadas.
Estoy seriamente interesado en su experimento, con lo que le ruego encarecidamente que me escriba los detalles a la mayor brevedad. Prometo publicarlos.

Regreso al futuro

Le hablo de la primera entrega y le refresco la memoria. Un adolescente acompañado de un loco inventor, viaja a un pasado no muy lejano en un super-coche. En ese tiempo conoce a sus padres y el mundo que rodea a estos. El problema es que él, siendo su hijo, no puede “tocar” nada de lo que está ocurriendo pues podría variar el futuro (y entre otras cosas, podría no nacer…en el futuro).
Si lo trasladamos a su caso, se trata de que imagine todas aquellas cosas que usted ha variado y han variado, y los resultados que han producido. Ahora ya no puede volver atrás y hacerlas de otra manera, pero vale con la reflexión y la identificación, tratando de poner orden en los acontecimientos sucedidos posteriormente. Si es afortunado, es posible que encuentre cosas que todavía está a tiempo de cambiar…pero calibre bien las consecuencias. Está volviendo al pasado para intentar cambiar el futuro…
Ese documento traspapelado que ahora encuentra…ese e-mail que le enviaron pero que ahora puede borrar mientras emite silbiditos…esa capacidad muy suya de poner en boca de alguien lo que ese alguien cree que nunca ha dicho…

Qué bello es vivir

La conoce de sobra, y sus navidades no serían lo mismo sin su continua revisión en familia. La trama se puede resumir en la historia de un hombre a quien le van cada vez peor las cosas, y llegado a un punto de máxima desesperación, decide suicidarse. En ese momento, su ángel de la guarda evita su acto y para abrirle los ojos, le hace ver el mundo cómo si él nunca hubiera existido. Tras ese paseo por la vida sin ser reconocido, se da cuenta de la importancia y la influencia que ha tenido en lo que siempre le ha rodeado. Después, vuelve a la realidad.
Esta es una moraleja muy válida para utilizarse como inyección de auto-estima en esos momentos en que desearíamos no estar vivos, o simplemente, no estar ahí. Usted como yo, ha pasado por esos momentos en que se siente un completo inútil, que todos los demás lo hacen mejor, y que probablemente lo mejor sea quitarse de en medio (no, no le hablo de suicidio)
Pero aquí, el cuento de George Bailey puede ayudarle, solo si se ve capaz de revisar su vida laboral – o el trozo de ella que quiera – y ver las cosas sin haber estado, las decisiones que no se habrían tomado – o tomado de otra forma – la gente que no habría contratado, los planes que no se habrían escrito…Le recomiendo esta introspección antes de una situación límite o cuando tenga que salvar los muebles poniéndose a usted mismo por las nubes. Porque oportunidades va a tener…

Atrapado en el tiempo


Todos ya conocemos el día de la marmota, aunque pocos puedan explicarlo. Sabemos que tiene que ver con una leyenda por la cual un animalito de esta especie miró la sombra alargada que proyectaba su cola, y adivinó la duración del invierno. Y es un hecho real…al menos que miles de personas se reúnen en un pueblo de Pennsylvania para reproducir el milagro cada año.
Pero en la película, esta es la excusa para contar la historia de un meteorólogo de televisión que en ese mismo pueblo vive continuamente el mismo día, y lo curioso es que tiene conciencia de que eso es así pero no puede evitarlo. Lo intenta tratando de cambiar sus actos y reacciones, pero no encuentra la manera.
Esta si que es una ficción realista, al menos en nuestras mentes. Las sensaciones de deja-vu o las de que nada puede cambiar están a la orden del día, sea de donde sea y se meta donde se meta.
Su reto es el siguiente. En la rutina de su trabajo, las cosas son siempre de la misma manera y la misma persona le va a contestar siempre lo mismo. Usted no hace nada para que esto cambie porque pone muchas cosas en juego; el colegio de sus hijos, por ejemplo. No encuentra la forma de romper esta dinámica, y se plantea enfrentarse a la situación, pero nunca se decide a hacerlo. Ni le dan un aumento, ni le llaman a las reuniones importantes, esas que solo conoce de oídas. Pero un día se arma de valor y decide que nunca más pasará por lo mismo. Se levanta. Llama a la puerta de su jefe y…(recuerde lo que le rogaba con motivo de El Yanqui…no se olvide)
Por supuesto hay más, pero se quedan en el tintero. No puedo ni debo abusar de sus desdoblamientos de personalidad, porque entonces seríamos muchos.
Es la técnica de los escenarios, adaptada a la gente corriente. Para que luego digan que el cine no enseña y que nuestras vidas no han sido antes vividas por alguien con acento extranjero.

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