Siglas por siglos


En el año 2.000 (tal vez antes, pero si no, no resulta lo mismo) un nuevo lenguaje acrónimo se apoderó de los negocios y extendiendo su influjo, de la sociedad en general. De esa sociedad bien informada, a la última, tal vez pija y seguramente irremediablemente abocada a hacer del business english parte de su léxico…para siempre.

Los acrónimos en inglés eran mantenidos a raya en su natural territorio empresarial hasta que la primera ola Internet nos hizo ver que os los dominábamos o nos quedábamos atrás. Al fin y al cabo quién no ha tenido esa primera comida o cena de negocios donde durante un espacio de tiempo se encontraba perdido y sin verlas venir.

Acrónimos han existido siempre, seguramente desde SPQR e INRI, pero nunca han tenido una presencia tan notable como en el tiempo que nos ha tocado vivir. A los que somos mayores nos vale conocer los más fundamentales, pero los adolescentes parecen no entender otro idioma escrito que no sea el que le cabe o le apetece meter en un sms (otro acrónimo más).

Esta breve introducción me sirve para entrar ahora al grano; las nuevas siglas para denominar las relaciones de negocios en Internet (y los negocios en general).

Hasta ahora teníamos B2B y B2C, business to business y business to consumer respectivamente. Con esto cubríamos las relaciones empresa a empresa y empresa a consumidor, o sea, el marketing más fundamental.

Algunos, seguramente los de recursos humanos (o los de marketing con poco que hacer y pensando en la venta hacia adentro) inventaron el B2E, es decir, el business to employee, un magnífico nicho de personal cautivo; los empleados como clientes y a los que se les bombardeaba con ofertas y promociones en boletines internos y en la Intranet corporativa. Lo hicieron los bancos (por cantidad de gente y cantidad de dinero que dedicar a estas cosas) y después las grandes empresas (por las mismas o parecidas razones).

La vuelta de tuerca se produce poco más tarde con el B2B2C, acrónimo ya más propio del master mind, y por el que se trató de explicar esa relación que a veces se produce entre empresas para llegar al cliente final (y que no lo es de una de la empresas). Un yo te vendo a ti para que se lo vendas con tu nombre a tu cliente, porque yo no llego.

Y a estas que el nuevo Internet crea nuevos modelos…y, sí, lo han adivinado ¡nuevos acrónimos!
El P2P (no confundir con un modelo de consola) o peer to peer, o en cristiano, pasarse y bajarse contenidos multimedia en Internet, y que han subido otros. El intercambio más brutal ahora hecho con bits, bytes y pixels. Y ya sabemos la revolución que ha producido todo eso…

Y al final del túnel, la aldea global. El maravilloso mundo de los consumidores haciendo piña, presionando a los productores – como en las subastas invertidas de la web – trasladándose mensajes en un fenomenal sprint viral – dejando su impronta en foros como expertos o como buscadores ocasionales de soluciones, publicándose y broadcasteándose en blogs particulares – o escritores invitados en los de otros - y webs con espacios reservados para sus momentos de gloria como MySpace, You Tube, Facebook…- o simplemente confidentes que usan sin parar sus messengers. Ese es el C2C – consumer to consumer – y lo que es más poderoso, el C2C2B, esos u otros consumidores que se unen y hacer negocios – consumer to consumer to business.

Apréndaselas, pero no se apure que el diccionario de acrónimos de negocios no ha escrito su última página.

No hay comentarios: