Los 10 dilemas (4): Productos sin fin o el fin de los productos

Piense por un momento que hace usted cuando define su estrategia de producto; los conceptualiza, les dota de atributos, los coloca en el interior de una gama – que intenta complementar -, intenta evitar que aparezcan conflictos entre ellos, se plantea su renovación – dependiendo de su ciclo de vida -, y también se plantea el momento y la forma en que va a introducir otros nuevos. Todo esto lo hace adaptándolo a su público o públicos-objetivos – incluso si ello requiere hacer versiones diferentes -, y busca posibles alianzas estratégicas de producto.

¡Ah! ¡Se me olvidaba!. Les asocia siempre un servicio.

En Internet, el servicio es la cuestión crucial del producto. Más aún, la razón de ser del producto en Internet. Solo hay dos razones por las que un producto en la Red se elija sin tener como prioridad el servicio que conlleva; porque es más barato o porque no se encuentra en otro lado. Pero ambas razones, en la medida de las posibilidades de su empresa, son siempre solucionables. Véndalo más barato, o téngalo.

Pero el servicio es por lo que el usuario quiere productos en Internet, aunque ni mucho menos cualquier tipo de producto.
Usted puede comercializar productos físicos y productos digitales. Estos últimos son la variante de un producto físico sin su soporte – por ejemplo, un e-book, un contenido de información, o un archivo de música -.
Los productos digitales son los productos ideales para venderse en Internet; solo pueden estar en este medio, y se descargan y se consumen en la Red.
Los productos físicos son difíciles de vender en Internet sin hacerlo a pérdida, y siempre con el eterno condicionante de que se ofrecen también fuera de la Red, o por lo menos es así en la mayoría de los casos.

Y ahora es el momento en que me cuestionará este razonamiento poniéndome de ejemplo a Amazon o a Dell.

Pues bien, aún teniendo en cuenta que el primero de los casos es actualmente un vendedor a pérdida, ambos triunfan en Internet por la importancia que le dan a su servicio, cuando incluso este trasciende su condición normal – ofrecer una solución asociada la producto -, para ser una solución de Internet.

Porque en Internet se venden solo soluciones.
Soluciones en forma de integración – crear una oferta de productos y servicios que resuelva un problema y en un solo lugar, no la simple compra de un artículo -, y soluciones en forma de personalización – adaptar lo que se ofrece a lo que se pide, pero que además lo realice el usuario -.
Sea usted en Internet una tienda virtual, un catálogo online, un servicio específico, o un intermediario, piense única y exclusivamente en términos de soluciones de Internet, no en términos de venta de productos, y permita que le obliguen a dar soluciones individualizadas.

Es sin duda el fin del producto en la forma en que lo entendemos.
Prepárese para concebir soluciones de verdad.

No lo olvide...
Plantéese qué quiere hacer de verdad con su oferta de productos y servicios en Internet, porque esta cuestión va a ser crucial a la hora de desarrollar toda su estrategia de Marketing. Su estrategia de posicionamiento y diferenciación debe darle la clave a seguir.
Analice toda su gama, y defina una oferta que realmente sea interesante presentar en Internet, sin olvidarse que tiene siempre que asociar un servicio claro y ofrecer soluciones más que productos.
Piense que siempre va a tener que dar valor – en forma de contenidos, normalmente -, y posibilidades de dar a probar. Esté dispuesto a dar cosas gratis en un primer momento.
Intente adaptar su oferta al mercado o mercados-objetivo a los que se dirige.
Considere como una cuestión fundamental la renovación de su oferta, la actualización, e incluso la eliminación e inclusión de nuevos productos, dependiendo de lo que su mercado le exija, y también su cuenta de resultados.
Busque formas de hacer llegar la oferta en condiciones, fórmulas rápidas de introducción de sus productos en el mercado, y porqué no, nuevos mercados para sus productos.

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