Thriller web en tus noches más shopping


Pues resulta que nos agobiamos, que nos tiemblan las manos, que tenemos sudores fríos y movemos nerviosamente la pierna derecha - la de siempre en estos casos -. Y la culpa la tiene una web que nos lo pone difícil comprar, que son esas de largos scrolls, carritos que "se cuelgan" y de mensajitos continuos de que algo está incompleto en el cuestionario de datos, que si eso no es válido, que si no has puesto bien el "captcha" y que si volver a empezar.

La explicación de CA, de científicas proporciones, no deja de ser un tecnicismo que pone de relieve lo que ya saben las marcas - con web y con venta en ella - y lo que sufrimos los compradores, que aparte de no saber a dónde van los numeritos de nuestra tarjeta, o si los que están "detrás" tendrán la seriedad y decencia suficiente como para enviarnos lo pedido, además nos toca lidiar con cosas que infartarían al mismo Jakob Nielsen.

Estrés web!!!...que buena denominación patológica, que perogrullo tan perogrullo, que buen discurso para iniciar una consultoría...y que termine en un proyecto e-commerce. Con otras palabras y rimbombantes, con la ciencia en el bolsillo, con la caradura del que se cree haber descubierto pulsiones desconocidas hasta ahora.

Bien, pues a no comprar nadie o que lo hagan automáticamente nuestros avatares paseantes, que no tienen neuronas, ni sudan, ni leen estudios.

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