De excursión por los Cárpatos


A quien se le ocurrió la frase-binomio win-win, tuvo el lapsus matemático de olvidarse del signo +. Para ponerlo detrás de cualquiera de los dos factores, porque su orden no altera el producto, sobre todo cuando el producto parece estar ya alterado de antemano.

Todo negocio y toda marca tienen un sinuoso recorrido lleno de obstáculos y mordidas varias, y ese es el precio que tiene que pagar por tener aliados. En todo el trayecto, no se vayan a creer.

Asesores, consultores, proveedores, agentes, distribuidores, alianzas estratégicas…todos perfectamente colocados para estar a su lado en su sueño y convertirlo en realidad. ¿Tiene el dinero?…Pues enséñelo y ellos se le revelarán, mostrándole de lo que son capaces.
Estos, aunque matrimonios de conveniencia, al menos le durarán lo que le dure el dinero, y si es usted listo, incluso un poco más allá; hasta donde les haga creer que habrá dinero. Pero esto no es fácil.

Pero hay otros a los que yo les tengo bastante más tirria. Son los llamados prescriptores, esos que deben hablar bien de la marca de uno – y de uno -. Pueden adoptar forma de personaje público – no hablo de famosos, aunque también – de líder espiritual en la sombra – sí, ese al que todos respetan desde hace años, aunque haga años que él campe por sus respetos – o de periodista, siendo este último el más peligroso, porque desde un principio nos creará la impresión de ser la verdadera espada de Damocles de la marca.

Los prescriptores son los grandes vampiros de toda esta historia, ya que aprovechan una posición de ventaja para morder y sorber; nos han contado que la marca que no está en los medios no es nada, y los medios de alguna manera son ellos. Y para estar en ellos y con ellos, le hará falta mucho más que dinero. Debe prepararse para hacerles gran parte de su trabajo, hablarles bien y hablarles de ellos a otros - ¿no era al revés? – cuidarles, mimarles, sacarles a pasear, darles bien de comer, y ofrecerles continuamente su delicado cuello, para lo que les sea menester. ¡Ah! Y enseñarles siempre que tiene dinero…que se me olvidaba.

En fin, ante usted un interesante proyecto en el que tiene fe – ¡bien por usted! – pero en el que tendrá que empezar por hacer fajos y entregarlos just in time (all the time).

Nota:
Para que no se olvide, cante el siguiente mantra con la melodía del chiki-chiki

Uno, los vampiritos
Dos, los rappelistas
Tres, las untaditas
Cuatro, los descuentitos
Enseñe el dinerito, enseñe el dinerito,
y todos a su marca de pies juntitos…

2 comentarios:

Unknown dijo...

Y agrego tambien un mandamiento nuevo: No caer en desgracia, porque de ser asi, el golpe sera doble por quedar en mal y porque quedara mejor la competencia!

Carlos dijo...

Ahora si que estoy herido, jeje. No, te entiendo, yo mismo puedo ser el más crítico con el gremio de los periodistas. Incluso diría que puedo contar con los dedos de una mano los que dentro del circo mediático de verdad me merecen respeto. Un saludo y gracias por pasarme el enlace.