La inconfortable levedad del ser, estando en el aire



Las compañías aéreas tiene dos fórmulas básicas para hacer marketing; o dentro o fuera. Dentro significa avión, y el marketing solo lo pueden hacer con lo que de de sí el servicio, la comodidad, y especialmente, la puntualidad. También recurren a mensajes por megafonía acerca de tarjetas, de planes y ventajas de afiliación - objetivo, fidelización - o co-marketing con otras marcas que las puedan complementar, normalmente alquiler de coches, alojamiento o acuerdos especiales con establecimientos. Usan sus revistas, en un intento de recrear ese mundo propio a base de contenidos, y los más atrevidos, montan saraos en el aire, como la Virgin Atlantic, pero con dudoso éxito de audiencia...más enfrascada en sus psps, ipods, netbooks, libros o simplemente, sueñecitos con ruido de fondo y turbulencias.


Y para lo de fuera, nada mejor que el propio aeropuerto...en su interpretación literal de que nada más adecuado que el propio habitat para asociar ideas...y para que a la próxima, te acuerdes de ellos...porque en esta ya no, que lo tienes comprado, y en tu casa...pues a ver qué dice e-dreams o lastminute.


Pero no, ellas insisten en mostrarse donde el impacto es posible, pero la decisión, improbable. Y te llenan las antesalas, los pasillos, e incluso los espacios próximos a mostradores de facturación - también de embarque...tan tarde ya - de mensajes, pero sobre todo de trozo de producto - un asiento que se hace cama, normalmente - y lo disfrazan de acción ambient, esa que pretende animar un espacio "fundiéndose" en el propio entorno, pero que aunque sorprende, purita promoción de punto de venta.


La de KLM, si bien algo original en producción creativa, una más y ya las hemos visto de todos los colores. Maletones enormes, camas en las que te puedes tumbar, o cabinas parecidas a simulador de vuelo. Y sin embargo, eso mismo no se saca aún más fuera, a aquellos lugares donde verdaderamente sorprenda - por ejemplo, en plena calle - en aquellos momentos en que no vas con la lengua fuera por haber medido mal tu tiempo, o no eres un maldito oteador de paneles o duty-frees.


La explicación "marketiniana" más purista te dirá que disparan por elevación, que apuntan a los potenciales "business" y "high class", que esos sí que atienden a razones y no son carne de low-cost. Yo creo más bien que es un marketing con síndrome a lo "The terminal", ese que por extrañas razones te hace ser un pobre ruso por siempre encerrado en un aeropuerto.

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