¡Pues sí que es plan!



A tan solo horas de la primera de las trampas navideñas, deje que el marketing se apodere de usted. Sígame...

Posicionamiento

Tiene un target claro; la familia de usted y la familia del otro/otra. Son diferentes, aunque no tan diferentes. Esperan buenas caras, generosidad de regalos, historietas recientes, comentarios nostálgicos y que vea junto a ellos el Mensaje del Rey.

Puede que se le exija corbata, pero como mínimo zapatos de vestir y limpios.

Dependiendo de su mercado-objetivo – ambos extremos familiares – su posición puede presentar matices importantes, que van desde posicionarse como centro de la fiesta – usted es el de la pandereta – o posicionarse discretamente, como seguidor, diciendo a todo que sí y a todo que qué bueno -.

Oferta

Hay un producto principal – su presencia y la de los que aporta – un producto complementario – los regalos que trae – y seguramente, un producto ampliado – según la importancia que dé al acto, su predisposición a dar servicios añadidos en forma de cariñosas aproximaciones y deseos sentidos -.

Por la complejidad de la oferta – que es que todo va en uno - tiene un precio, que usted debe calcular en base a dos magnitudes fundamentales;

Basándose en sus precios de coste, estimará el tiempo invertido en hacerse a la idea del mal trago, el esfuerzo en seleccionar regalos – que le aconsejo sea mínimo – y el coste de oportunidad evidente – ya que usted podría estar siempre en otro sitio mejor – que elevará al infinito y le creará la sensación de ser extraordinariamente elevado.

Basándose en los precios de mercado y/o competencia, lo que hace muy probable un período de investigación previa – qué les has comprado tú, a qué hora te vas a pirar – hacer sus cálculos – a esos niveles no llego y con esto van que chutan – y echar mano de la psicología del momentum – ellos entenderán que mi familia extendida es amplia, que no son pocas mis obligaciones, y que el año que viene se llama Armagedón -.

Pero no olvide que haga lo que haga, esto le cuesta dinero, y aunque dura poco, los efectos secundarios se notan y se recuerdan.

Distribución

He aquí un problema. Usted no puede estar en todas partes. Ni quiere. No puede nombrar representantes, ni fabricarse en holograma, ni presentarse en video-conferencia. Ellos (todos) le esperan en cuerpo y alma. Como las fechas están señaladas, no vale una programación de entregas escalonada, porque el 26 es un día absurdo y el 2 de enero es ya período de rebajas. Hay que estar.

Mira el calendario y le toca decidir dónde en Nochebuena, dónde en Navidad…y si le es posible correr un tupido velo en todo lo demás, que solucionará con sms estratégicamente enviados.

Pero le recuerdo que su oferta es usted, los suyos y lo que llevan…que será de ellos. Dependiendo de la amplitud del mercado-objetivo, que puede ir desde la familia nuclear a la tribu, el transporte puede ser o no un problema. Le toca decidir si el cochecito de todos los días, la minivan, ponerle una baca temporal o llamar a Seur. O si lo ha previsto bien, viajes previos con entregas parciales.

Después ya le tocará pensar en cuantas líneas continuas ve simultáneamente en la autopista en su intempestiva vuelta a casa.

Comunicación

Usted avisa con un crisma (que no le compromete a nada) una llamada de tanteo – dónde toca este año – y reenvía como loco esos extraños vídeos de youtube que le parecen graciosos y oportunos y que además le hacen quedar a la última.

Ha dado a saber que existe, que se acuerda de ellos y que aunque no lo crean, todo esto le hace tilín.

Una vez allí, solo le queda lo que sea capaz de transmitir en comentarios a boca llena, en el corazón puesto durante el Chiquirritín, y en los momentos de apertura de regalos agradeciendo de buena cara ese pijama que no se pondrá jamás, o esa colonia que su perspicaz mente ya ha conseguido colocar en el primer cumpleaños que le venga en enero. Si es usted listo y discreto, pedirá tickets de compra…por si la talla no es la buena y más tras días tan pantagruélicos.

La comunicación posterior es fácil; le basta agradecer y no necesariamente dando la cara.

Fidelización

En una extraña ilusión colectiva propia de nichos de mercado muy compactos, lo que allí ha pasado es el inequívoco síntoma de que la familia está unida, que por los siglos de los siglos, y que este es el comienzo de una relación bastante más estrecha que la del pasado año…en el que usted se despegó hasta el voluntario ostracismo.

Y todo lo adorna con abrazos encendidos.

Y pese a todo, no se acordará de nada de esto o no en la forma que ellos quisieran, pero ya hará otro plan cuando llegue el momento.

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