Ocurre que en la vida de las marcas el paso del tiempo genera dudas razonables sobre su adaptación. Cumplen añitos, sus targets crecen, mueren y vuelven a nacer, y si además ves que tu cuota se "acota" la tentación es o la extensión por extenderse o el bonito cambio radical.
Lo de Pepsi y su logo sonriente, solución sutil, certera y brillante. Pero fogueo puro, porque en nuestra mente, a la cola de las colas.
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