No se lo cuentes al carcamal de Flanders



Una de las más prodigiosas marcas (si no la más) que ha dado Norteamérica al mundo en las últimas casi tres décadas, es sin duda Los Simpson. Una familia de esterotipo yanqui llevado al límite, en una ciudad, que es una reconversión surrealista de ese Springfield que bien pudiera ser cualquier ciudad mediana en EEUU.

La genial creación de Matt Groening ha hecho por el country marketing norteamericano mucho más que cualquier marca, incluyendo a Obama. Porque los Simpson son frescura tras cientos de episodios que "repasan" los clichés y las conciencias estadounidenses, categorizando sin parangón los comportamientos de varias generaciones.

Y como los Simpson son la América misma, aplaudo esa genial idea de unir a las dos Américas mismas. Porque lo de Marge posando en Playboy en noviembre es simplemente una genialidad, sea obra de Heffner o Groening, dos poderosísimos marketinianos, dos sociólogos insuperables...

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