A los productos que no están listos...¿les llamamos también "sietemesinos?
Una de las más grandes paranoias del cine más o menos reciente es ese Number 23 protagonizado por Jim "ahora-de-risa-ahora-rarita" Carrey.
La teoría de que las cosas suman algo y que ese algo rige los destinos del mundo - o del loco atrapado en él - es gran parte del argumento de la "ciencia" de la numerología más ancestral, de muchos/as brujos/as de parrilla TV en camino de desconexión - o la audiencia en ello - y han habido no pocos guiones de cine que por completo o en parte basaban su ciencia-ficción / terror en un maldito número, y cómo todo llevaba a él.
Las marcas "numéricas" juegan a veces a eso de hacer coincidir su nombre con una serie de promociones, a las que se le da forma de campaña, y quedan - eso creen - de creativas y originales. Lo vivimos en cada mundial de fútbol u olimpiada, donde el año de celebración es un bonito número para apellidar nuevos negocios - como los bares en España - o más fácilmente, nuevos productos. Algo que funcionó más o menos bien desde el punto de vista oportunista hasta que nos vimos en esa de darle la "vuelta al contador" el siglo pasado, y muchas de las marcas que querían ser "dosmileras" vieron que no era del todo una buena idea, que mejor esperar a ver si se cumplía o no esa profecía de que las cosas o cobraban vida propia o se suicidaban...
Y ahora, esa nueva y llamada Windows 7 - o sea, otro Windows - ha forzado su comunicación hasta extremos ridículos, porque a los creativos y a los que los "brifean" les ha hecho gracia eso de usar un número - un apellido de marca - y que la gente no se olvide de él. Como si lo fuéramos a confundir con eso de "vista", con eso de XP, con eso de Leopard...
En España se han ido a lanzarlo a Sietes, un pobladillo asturiano "hijo" de la fuga campo-ciudad, como antes y en otros países, buscaron "sietes" o se los inventaron porque iban de "lanzamiento mundial". Y todo lo que sume, reste, se llame o se pueda cambiar para que cuadre, es susceptible de "windowearse" hasta que la risa pare por aluviones de quejas - y no pocas "que las migre, Rita" - problemas de seguridad, consistencia o incompatibilidad de versiones, que serán más de siete...y apostaría por elevarlo a una potencia considerable.
Los brujos dirán.
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