Contraseñas que parecen santos y señas, por inocencia




El "phishing attack" de hace unos días contra las cuentas Hotmail ha puesto de manifiesto varias cosas:
Primera, que muy originales no somos cuando "contraseñeamos" o tremendamente vagos, y eso que no hay cosa más difícil en un teclado de laptop que atinar y de seguido a los primeros 6-8 números (los dedos pisan alguna f perdida de las de arriba o te "escapas" sin querer).
Segunda, que nadie se lee las recomendaciones seudo-encriptadoras que te sugieren alfanumerar tus secretos, y que sostienen que a cada sitio, la suya; "para todas café" es lo que hacemos, que memorizar da pereza.
Tercera, que qué mala pata tener un apellido alfabéticamente "en pole" porque se haga la trampa que se haga, no es probable que los hackers empiecen por las "pés" (esto es algo que ya sabemos desde los exámenes orales escolares).

Algunos, alarmados, se borrarán, aborrecerán Internet, pregonarán eso del "ya sabía que esto ocurriría" y puede que les tiente volver a la gloriosa época de las cartas perfumadas...como si tampoco se abrieran.

Y a mí que entre tanto follón me habría encantado un hackeado en toda regla de las preguntas de seguridad...y saber cómo se llaman todas las madres y/o mascotas de todo el mundo.

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