USBssshhh



La medida del avance tecnológico no viene dada principalmente por la velocidad de transmisión de datos, ni siquiera por el acceso a una mayor información; la clave está en cómo se apodera de nuestra vida diaria. Perogrullo coincidiría conmigo…

Si lo piensan, estamos atrapados. Internet nos llama ya desde por la mañana para hacerle caso. Un paseo de un lado a otro y de tres a cuatro miraditas al móvil, y eso sin que suene. Cuando nos hacen esperar, no se hace esperar el Ipod…y los más atrevidos y con bolsillos más anchos, desenfundan psps o nintendos, con o sin cascos, que todo depende de lo que se quieran hacer notar e incordiar.

Sí, es un mundo asquerosamente tonal, de sonidos estrafalarios, reggaetones encapsulados y vibratos. Los días sin ruidos son ya insoportables.
Cada cual encuentra su excusa para estar a la última tecnológica. Lo de los móviles es de una trivialidad que apesta (todos lo tienen) y se hace necesario que hagan más cosas, porque hacemos más cosas con ellos. Nos llaman, nos meten en Google, nos hacen vídeos ellos solitos para colgarlos en YouTube…y ahora nos hacen ver también a los del otro lado.

De Internet ni hablamos. Nos ha descubierto al cotilla que tenemos dentro y nos lanzamos despavoridos a hacer amigos, a hacer videotecas y a hacernos con los datos de los demás…
Porque aquí quería yo llegar.

La nueva tecnología es coleccionismo, es espionaje y es robo a mano armada. Todo lo digitalizable es susceptible de ser abducido. Lo son las fotos, las películas, los 40 principales y los libros en pdf. Los planes de empresa en portátiles sin cerrar sesión, la lista de contactos que no se ha minimizado…y cualquier cosa, en un disco duro, en cinco minutos de biológica ausencia.

La culpa se llama USB, y ese moderno artilugio llamado pendrive que es mini-cámara de topo, cinta de Watergate, microfilm de MI6, y mega-archivo de KGB. Déjele una rendija libre y absorberá sus secretos mejor guardados. Déle capacidad, y tendrá su parte del planeta.
Hoy son identificables y nos ponen alerta… ¿pero puede usted siquiera hacerse una idea de las extrañas formas que adoptarán en el futuro?

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