Batallitas...
En los tiempos que corren cobra una importancia especial la experiencia. Y si usted es de los que tienen cierta edad – no diré cuánta – ya dispone de la credibilidad necesaria para que le escuchen, y si se maneja bien, hasta que le sigan.
Cuando todo parece irse al carajo y la gente está ávida de consejos y solidaridades inmediatas, llega el turno de las historietas. Ya sabe…que si yo viví esto, que si esto a mí me recuerda a cuándo... que si de aquella salimos así…Y sus años le avalan, o que le pregunten a sus padres o a sus hermanos mayores (de ellos).
Pero si le añade un plus de catastrofismo – inventado, por supuesto – y sube un poco su caché de durante los tiempos duros, se convierte usted en un veterano de guerra, con derecho al relato y moralina.
Eso ya lo tiene ganado por su bendita partida de nacimiento…y ahora le toca posicionarse.
¿Es usted de los del fin del mundo o de los que todavía hay esperanza? ¿Le pide el cuerpo luchar o cobrar la pensión? ¿Está por las batallitas, las recetas…o tal vez, las profecías?
Porque en su trabajo, usted ya lo ha vivido. En sus tertulias, usted lo ha vivido más que los otros. Y con sus clientes y su ¿nuevo trabajo? solo usted vivió para contarlo (y a los que pudo llevarse con usted).
Y es que en la guerra o se mata, o se manda matar o se mueven soldaditos en una gran maqueta.
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